En el sector sanitario, la iluminación es fundamental. Si está bien diseñada, crea una sensación de bienestar para los pacientes y favorece la concentración y la eficiencia del personal médico, gracias a un elevado confort visual en términos de uniformidad y rendimiento cromático. Además de los requisitos de prestaciones, los productos deben responder a estrictas normativas internacionales, reducir el deslumbramiento, contar con elevados estándares de seguridad y favorecer el ahorro energético.