La iluminación para el arte y para la cultura debe armonizar varios elementos: valorización, conservación, visión y disfrute de las obras. Las luminarias LED reproducen de manera fiel la tonalidad de los colores, pero evitan las emisiones ultravioletas e infrarrojas, protegiendo así la integridad de los bienes culturales en el tiempo. De las esculturas a las estatuas, de las modernas bibliotecas a los palacios antiguos, de los museos a los lugares de culto, la iluminación para el arte y la cultura exige sensibilidad, competencia y una atenta planificación.